wine and spirits export industry

A tres semanas de terminarse el mandato de Donald Trump, este es un «golpe de mazo» adicional a la industria de exportación de vinos y licores.

El anuncio hecho el jueves 31 de diciembre por la administración americana de nuevas sanciones sobre los productos europeos, incluidos los vinos no espumosos y el coñac, está golpeando a la industria francesa de vinos y bebidas espirituosas en el peor momento posible.

Ya se enfrentaba a las consecuencias de Brexit que reduce el acceso al mercado británico. Además, a la competencia de los vinos californianos y la epidemia de coronavirus. A partir del 12 de enero, también tendrá que hacer frente a otro aumento. Un aumento del 25% de los derechos de aduana sobre todos los productos vinícolas importados por los Estados Unidos desde Francia. No sólo determinados vinos.

«Estas nuevas sanciones hacen temer un aumento importante de los daños sufridos en el principal mercado de exportación«. Así lo advirtió la Federación Francesa de Exportadores de Vinos y Espirituosos (FEVS).

La organización estima que los daños potenciales para el próximo año son de más de mil millones de euros. Una cifra que se sumará a los 600 millones de euros de facturación perdidos entre noviembre de 2019 y octubre de 2020. Dichas pérdidas debidas a los recargos ya aplicados por la administración Trump.

Desde el 18 de octubre de 2019, los Estados Unidos han impuestos derechos de aduana adicionales del 25% a los denominados vinos tranquilos -no espumosos-. Especialmente, aquellos exportados en botellas de 2 litros o menos y con un contenido de alcohol del 14% o menos.

Esta medida penalizaba directamente a los vinos franceses «ligeros» de las regiones de Loira y Borgoña en detrimento de los vinos de Burdeos, Côtes-du-Rhône y Languedoc. Adicionalmente, a los vinos españoles de mayor contenido alcohólico.

 

Resultado de las sanciones americanas

En un año, las exportaciones de vino francés a través del Atlántico cayeron en un 50%. Francia perdió el 22% de su cuota de mercado en los Estados Unidos. Esto fue un duro golpe para las 4.500 empresas afectadas, para las cuales el mercado de EE.UU. ha representado hasta ahora un cuarto de los 14.000 millones de euros de exportaciones.

El año 2021 promete ser aún peor. La segunda ola de impuestos se extenderá a todos los vinos tranquilo. Se incluyen los a granel, así como a todas las bebidas espirituosas a base de vino, como el coñac. «Ya no hay salida, es toda la industria de los viñedos la que se verá afectada. Temíamos que el conflicto se intensificara. Estamos allí ahora y durará«, se preocupa César Girón, presidente de la FEVS.

Para la profesión, la píldora es tanto más amarga. La misma se considera «víctima de un conflicto que le es ajeno y que es el resultado de negociaciones entre Estados«. La guerra comercial que afecta al sector vinícola -pero también a productos como el queso, el aceite de oliva o el whisky- no es en realidad más que una consecuencia colateral del conflicto que opone desde hace años a Washington y Bruselas: la cuestión de las subvenciones al sector de la aviación.

 

No conduzca bajo los efectos del alcohol. Consuma con moderación.

 

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