1937 fue el año de la Exposición Universal de París. Será la última; los pabellones de la URSS y la Alemania nazi enfrentados en el Trocadero ya auguran un futuro sombrío. Sin embargo, 31 millones de visitantes marcharán para admirar las «Artes y técnicas aplicadas a la vida moderna». Una de estas artes es, sin duda, el arte de beber bien: varios productores de alcohol presentan allí sus delicias. Este es el caso de Pernod, que publicará este póster con ocasión.
El pabellón del Pernod estaba situado a orillas del Sena, cerca del Petit Palais, en un Cours la Reine convertido en boulevard de l’allégresse – Cinzano estaba enfrente y Byrrh no muy lejos. La gama Pernod en aquel momento se centraba en los 40° – la de 45° sólo se presentará en 1938. Poco a poco, el anís fue dejando atrás los estigmas de la época de la absenta. Si los expositores lo hubieran sabido: en 1939, Francia prohibió el alcohol por encima de 30°. Bajo Pétain, simplemente nos limitamos a los aperitivos. No fue hasta 1951 que la situación volvió a la normalidad. Pernod aprovechará la oportunidad para lanzar su famoso… 51.
No conduzca bajo los efectos del alcohol. Consuma con moderación