Pernod Ricard explota su ventaja cualitativa y rentable de desarrollar microdestilerías locales, de alta calidad y tendencia.
En el pasado, Pernod Ricard compró en 2016, 60% de la destilería de ginebra Monkey 47. Un producto excelente de gama alta cuyo éxito en los bares de capitales europeas como Berlín, Londres, París o Nueva York, es grande.
Hoy en día las microdestilerías gozan de un auge gracias a las ambiciones locales que se proliferan en todos lados. Pernod Ricard aprovecha este movimiento desde hace unos meses para explotar pepitas con gran potencial. Algunas veces, estas empresas son fuertes en e-marketing y las redes sociales. Es en parte por esto y por los medios ofrecidos por la multinacional que estas marcas pueden crecer rápidamente.
Algunas marcas que Pernod Ricard ha comprado en esta perspectiva son: el bourbon norteamericano Smooth Ambler y Old Scout; el mezcal mexicano Del Maguey o la ginebra italiana Malfy. Otras marcas más exóticas como Inverroche de Sudáfrica, el bourbon Rabbit Hole, y el whisky texano TX. Y esto antes de hacer una oferta pública de adquisición de 200 millones de euros para Castle Brands. De esta manera, el año pasado el grupo invirtió 300 millones de dólares según la analista de Alpha Value, Laura Parisot.
A través de esta estrategia el grupo permite expandir un segmento privilegiado con productos de alta gama que seducen los críticos, los mixólogos, los bodegueros, que no se conforman con exhibir las mismas botellas de los supermercados. Dentro de esta estrategia también se destaca la disciplina que incentiva a beber menos y mejor.
No conduzca bajo los efectos del alcohol. Consuma con moderación.